Fue un conflicto bélico, desarrollado entre 1879 y 1884, que involucró a tres países latinoamericanos: Chile, Perú y Bolivia. Se trató de un conflicto limítrofe, pero no por la demarcación territorial en sí misma, sino porque involucraba zonas ricas en guano y salitre, por eso la mayoría de los autores es coincidente en denominarla “Guerra del Salitre”.
CAUSAS
· Bolivia había ocupado la región más importante del desierto de Atacama, situado al sur de su territorio y al norte de Chile, en la región de Antofagasta. Esta zona es muy rica en cobre, hierro y por sus salares, producto de las aguas de lluvia que disuelven la sal del suelo. Al evaporarse el agua, queda la sal allí acumulada.
· Bolivia desde el nacimiento a la vida independiente en el año 1825, tenía salida al mar por la ya mencionada Antofagasta, Sin embargo, esa región rica en minerales, era explotada por los chilenos. Allí establecieron la Compañía de Salitre de Antofagasta, que desde el 1 de mayo de 1872, inició transacciones comerciales de exportación de salitre con destino a Europa.
· En 1866, Chile y Bolivia habían suscripto un tratado para que los dos países tuvieran libre acceso a la explotación de la zona cuestionada. En el año 1874, se decidió rever la cuestión, estableciéndose un nuevo acuerdo por el cual Bolivia no aumentaría los impuestos a los chilenos a cambio de que ella se convertiría en la única explotadora de recursos en la zona comprendida entre los paralelos 23ª y 25ª.
· Bolivia respetó cuatro años el arreglo, pero luego, con la asunción del presidente de facto, Hilarión Daza, en 1879, aumentó el impuesto a las exportaciones de salitre (cada quintal de salitre pagaría 10 centavos más, como impuesto de exportación) y programó el remate de las salitreras y ferrocarriles, para cobrarse la deuda. La subasta fue impedida por el gobierno chileno, que envió fuerzas militares a Antofagasta.
· En tanto, Perú también contaba con una región rica en salitre ubicada en Tarapacá, donde el gobierno peruano, en 1875, había realizado la expropiación de las salitreras, de capitales chilenos, a cambio de un pago con certificados.
EL ENFRENTAMIENTO NAVAL
La región de Antofagasta fue invadida por fuerzas chilenas, por orden del presidente Pinto, el 14 de febrero de 1879, respondiendo Bolivia, con una declaración de guerra, a la que se sumó Perú apoyando a Bolivia, país al que estaba unido por un acuerdo de defensa común, tras intentar vanamente un arbitraje. El 5 de abril del mismo año, Chile le declaró la guerra a Perú.
El primer choque de fuerzas se produjo el 23 de marzo, en la batalla de Calama o de Topáter, donde murieron siete chilenos y veinte bolivianos.
Pereció en esta batalla, el capitán chileno Arturo Prat Chacón, que comandaba la corbeta Esmeralda, hundida por el accionar del capitán de navío, Miguel Grau Seminario, a bordo del Huáscar, que tuvo una participación destacada en todo el conflicto.
Al mismo tiempo, se producía otro enfrentamiento entre dos colosos: la fragata peruana Independencia, al mando de Juan Guillermo More y la corbeta chilena Covadonga, a cargo de Carlos Condell, pusieron en juego sus capacidades, imponiéndose el Perú, a pesar de perder su fragata predilecta (la Independencia), que quedó con su quilla destrozada, al verse obligada a navegar en aguas poco profundas, pero levantándose el bloqueo de Iquique.
La localidad y puerto de Antofagasta fue escenario de dos combates, el primero el 26 de mayo, mientras se celebraba un homenaje a Carlos Condell. El Huáscar, persiguió al vapor Rimac, que logró escapar. Ante ello, el Huáscar, regresó al puerto para capturar a Covadonga, y al no conseguirlo destruyó los fuertes. El segundo, se produjo el 28 de agosto, iniciándose con el fin de bloquear las comunicaciones, cortando un cable submarino, pero fueron atacados por los chilenos. El Huáscar terminó destruyendo a la nave chilena Abtao.
Finalmente el Rimac, fue capturado por Grau, el 23 de julio de 1879, lo que ocasionó el cambio de mando en la escuadra chilena, siendo Rebolledo suplantado por el comodoro Galvarino Riveros Cárdenas.
El 8 de octubre se produjo el combate de Punta Angamos, donde Grau Seminario murió heroicamente, y el Huáscar terminó en manos enemigas.
LOS ENFRENTAMIENTOS EN TIERRA
Los chilenos habían demostrado en el mar ser los triunfadores, y esto les permitió estar mejor posicionados, también en tierra.
Los chilenos iniciaron las hostilidades en tierra, ocupando el departamento de Tarapacá al norte de Atacama.
La primera batalla se libró en Piragua, el 2 de noviembre de 1879, que terminó con el triunfo chileno y la ocupación de esa ciudad peruana. El motivo de la elección de este lugar era impedir la comunicación entre las fuerzas peruano-bolivianas que se hallaban al norte y al sur de esa localidad.
El 27 de noviembre de 1879, los peruanos lograron vencer a sus rivales. El 26 de mayo de 1880, se produjo la batalla de Tacna, donde nuevamente los chilenos se impusieron a las fuerzas conjuntas peruano-bolivianas, produciéndose el retiro de Bolivia del conflicto, y el bloqueo del puerto de Arica. El presidente de Bolivia Narcizo Campero, había reemplazado en el mes de enero de ese año, al presidente Hilarión Daza, pero a pesar del esfuerzo por reforzar sus fuerzas, nada pudo hacer para oponerse a los chilenos.
La última batalla tuvo lugar en Arica, el 7 de junio de 1880, la que les permitió a los chilenos avanzar sobre Lima.
Para mediar en el conflicto, y con la ayuda Argentina, Perú trató de lograr que Brasil realizara dicha gestión, pero obtuvo una rotunda negativa, que sólo sirvió para precipitar los acontecimientos.
En enero de 1881, las fuerzas chilenas, al mando del general Manuel Baquedano, ingresaron a Lima, tras vencer en la Batalla de San Juan. Esta victoria les permitió ocupar las localidades de Chorrillos, y luego la de Barranco, después de la batalla de Miraflores. La ciudad de Lima, el 17 de enero, debió sufrir el saqueo y el incendio, como también había acontecido en Miraflores.
El entonces presidente peruano, Nicolás de Piérola, dejó su cargo para continuar con la resistencia desde Ayacucho. Como presidente Provisional de la República, fue elegido Francisco García Calderón, el 12 de marzo de 1881, pero esta designación no fue aceptada por los chilenos quienes se negaron a negociar con él.
Llegar a una paz con Chile resultaba dificultoso ya que exigían la entrega del Departamento de Tarapacá, que Perú, contando con el apoyo de Estados Unidos se negaba a ceder. Estados Unidos se fundaba en que solo sería válida la dación en pago del territorio peruano en caso de demostrarse fehacientemente la imposibilidad de pago de otra manera, de los costos de guerra.
LA HEROICA RESISTENCIA
En la zona de la breña de Los Andes Centrales, los peruanos, dirigidos por el coronel Andrés Cáceres, organizaron la resistencia, en base a la estrategia de la guerra de guerrillas. Si bien obtuvieron logros, que les permitieron hostigar a los chilenos por un espacio de tiempo prolongado, fueron finalmente vencidos, el 10 de julio de 1883, en Huamachuco.
EL TRATADO DE ANCÓN Y LA PAZ ENTRE CHILE Y PERÚ
Se firmó la paz en Ancón, entre Chile y Perú, a pesar de que Bolivia había solicitado a Perú que no hiciera la paz por separado, el 20 de octubre de ese año, y se instituyó como nuevo presidente peruano al general Miguel Iglesias.
Por dicho tratado, Perú perdió definitivamente el departamento de Tarapacá, mientras que la administración chilena se impondría por diez años en las provincias de Tacna y Arica. Transcurrido ese lapso de tiempo, la soberanía sobre dichos territorios sería decidida mediante consulta popular.
Pasaron más de los diez años estipulados y nada se había resuelto, ni ningún plebiscito se había convocado. En 1929, con mediación de Estados Unidos, se suscribió el Tratado de Lima, por la cual Tacna pasó a manos peruanas y Arica a las chilenas.
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