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La adaptación es un proceso por el cual un el adolescente
modifica sus patrones de comportamiento para ajustarse a las normas imperantes
en el medio social en el que se mueve.
La aceptación es la acción del adolescente de recibir de manera voluntaria y de acuerdo una cosa,
un objeto, una noticia y más. Por ejemplo, cuando queremos dar cuenta que una
persona recibió conforme las disculpas de otra que lo había agredido, se suele
decir, que tal le aceptó las disculpas del caso a tal otro.
Uno de los principales cambios que se viven en la adolescencia tiene
que ver con la aceptación y adaptación al nuevo cuerpo, ese cuerpo que es
diferente al que se tenía de niño o niña.
Todos los cambios físicos y la rapidez con que se viven, generan
sentimientos de preocupación y ansiedad. ¿Será normal lo que me está pasando?,
¿por qué mi cuerpo se ve tan raro?, ¿por qué ahora me muevo con torpeza?, ¿les
pasará lo mismo a otras/os?, son preguntas comunes en los jóvenes.
Esta situación provoca una especie de aislamiento (un ejemplo de esto
es que se prefiere pasar mucho tiempo a solas encerrado/a en el cuarto) y a la
vez a una exploración constante del cuerpo. También surgen sensaciones de
vergüenza e incomodidad, especialmente por la creencia de que las demás
personas están muy pendientes de cómo se luce y por las bromas, burlas o
chistes que a veces se reciben ante las transformaciones del cuerpo.
Esto también genera que se le dedique mucho tiempo y atención a la
apariencia física, probando nuevas formas de vestir, peinarse, hablar, caminar,
con la intención de mostrarse más atractivo(a) y ser aceptado(a). La nueva
apariencia no solo modifica la relación y la imagen que se tiene de una/o
misma/o, sino que también produce cambios en las relaciones con las otras
personas. Esto porque al dejar atrás el cuerpo de niño o niña, las personas
adultas los perciben de manera diferente, y esperan que "si su cuerpo es
de grande, actúen como grande", lo que puede causar problemas si se
delegan responsabilidades para las que emocionalmente no están preparados.
Otra situación que suele pasar es que se genere un distanciamiento
físico entre el o la adolescente y sus padres o personas adultas cercanas, a
diferencia de la época infantil en la que solían intercambiar besos, caricias y
abrazos. Esta distancia física puede resultar muy dolorosa para ambas partes.
Conforme va pasando el tiempo, y se logra conocer y explorar el
cuerpo, las preocupaciones van disminuyendo y se va viviendo una mayor
aceptación y comodidad corporal. En los últimos años de la adolescencia,
generalmente se experimentan sentimientos de tranquilidad con respecto al
propio cuerpo, lo cual permite una integración del esquema corporal (imagen
interna que tenemos de nuestro propio cuerpo).
Es definitivo que la forma en cómo se viven y sienten todos estos
cambios físicos, así como la reacción de las personas que nos rodean ante ese
nuevo cuerpo, van a determinar la autoestima y el auto concepto que tengamos de
nosotras/os mismas/os. Otro proceso propio de la etapa adolescente es la
adquisición de nuevas capacidades de pensamiento. Lo que sucede es que en la
infancia, se tiene un pensamiento de tipo concreto, es decir centrado en una
sola cosa a la vez y basado en el aquí y ahora de la realidad (lo que se
ve). En cambio, en la adolescencia
se adquiere una forma de pensar de tipo formal o hipotético-deductivo, con la
cual se puede razonar e ir más allá de las experiencias concretas. De esta
forma, las y los adolescentes se interesan en problemas que no tienen que ver
con su realidad cercana, desarrollan su capacidad crítica, piensan en valores y
consecuencias a largo plazo, disfrutan de la capacidad de reflexionar y
explorar sus sentimientos y pensamientos, entre otras cosas.
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