La ciudadanía económica hace referencia a que los ciudadanos
además de tener derechos y deberes tienen oportunidades económicas, que les
permite tener un estándar de bienestar económico que consiste en el acceso a
los productos básicos de la canasta
familiar, educación, agua, electricidad, vivienda, etc.
No todos los ciudadanos tienen una ciudadanía económica
debido a las desigualdad social en la que esta la sociedad. La pobreza, la falta
de empleo y la corrupción son las principales amenazas para lograr una
ciudadanía económica en cualquier país del mundo.
El Estado debe garantizar la ciudadanía económica de todos
los peruanos dando igual oportunidades a
todos los ciudadanos. Se debe luchar contra la pobreza y la extrema pobreza. La
mejor forma de disminuirla es que todos los niños, niñas y adolescentes tenga
acceso a una educación de calidad donde se les enseñe a ser competentes y
productivos, que vean oportunidades donde otros ven solo otros ven desventajas.
La educación de calidad servirá para que los ciudadanos
tomen decisiones financieras en su beneficio.
Los peruanos no solo nos volvemos ciudadanos cuando cumplimos
18 años como dice la Constitución Política del Perú, sino también cuando
cumplimos nuestros deberes de forma honesta y responsable.
El ejercicio de la ciudadanía económica no solo es un acto
de consumo, es determinar el camino a su bienestar personal, familiar y social.
En un país como el nuestro debemos trabajar mucho para
lograr una ciudadanía económica debido a que no todos los peruanos tenemos
iguales oportunidades.
Desde pequeños nos enseñaron a estudiar para buscar un buen
empleo en lugar de crear nuestra propia fuente trabajo y ayudar al
desarrollo del país. Nuestra misión como padres, madres y maestros es inspirar
a las nuevas generaciones a lograr una ciudadanía económica por medio de del
desarrollo de la competitividad, la cultura de emprendimiento, la creatividad,
la práctica de valores, la dedicación al estudio.
Todos debemos contribuir a crear un Perú con ciudadanos
felices.